En la rotonda de la Avenida D. Nuno Álvares Pereira, en Estoril, comenzaba el mural que terminaría 3,5 km después, en la Avenida Vasco da Gama, indicando al Papa Francisco el camino que conducía a las Scholas Occurrentes, ubicadas en el número 11 de la Rua Gomes. Freire, en la antigua Escuela Conde Ferreira, en el casco histórico de Cascais. El Papa hizo la última contribución a este panel.
Hasta llegar allí, una multitud de cascáiseros y peregrinos que estos días viven en torno a la Jornada Mundial de la Juventud, gritaban "Viva o Papa", o "esta es la juventud del Papa".
La dimensión inclusiva y ecuménica estuvo siempre presente en su visita a Cascais. En primer lugar, los tres jóvenes elegidos para representar a los miles de jóvenes peregrinos en esta Jornada Mundial de la Juventud. Una brasileña, evangélica, una portuguesa, católica y una guineana musulmana. Los tres cuestionarían al Papa, pero, independientemente de las preguntas planteadas, el diálogo se centró en la crisis, o el caos, y cómo superar este estado. El Papa recordó que “la vida sin crisis es una vida aséptica, sin sabor”, dijo. “La vida sin crisis es como el agua destilada, no sabe a nada. Hay que asumir las crisis” y yo agregaría: “¡solucionarlas!”.
“La obra de Scholas”, respondió el joven brasileño, “no es estática, ¡es dinámica! Ponernos en movimiento, hacer cosas. Scholas es un encuentro andante. Todo. Juntos. Es como el mural que vi hasta que llegué aquí”, concluiría.
El Papa Francisco ha puesto el broche de oro. Los jóvenes le entregaron un pincel, en señal de agradecimiento por su inspiración en la fe. Pero fue con un pincel, tanto digital como físico, que el Papa dio el último toque al mural “La vida entre mundos”: “Este es un pincel especial, para unir el mundo físico al mundo digital, para que el mundo virtual nunca deja de ser concreto”, dijo José María del Corral, Director Mundial de Scholas Occurrentes. Y el Papa concluyó el mural concluyendo: “es la capilla Sixtina pintada por ustedes”, reforzando esa idea de dinamismo, que resume el objetivo del movimiento Scholas.
Pero el Papa Francisco tenía una oferta y un mensaje. El cuadro del Buen Samaritano se ofreció a los jóvenes de las Scholas y, a través de ellos, a todos los peregrinos que viven las Jornadas. Era una parábola que el Papa tradujo: “A veces hay que ensuciarse las manos, para no ensuciarse el corazón”, en analogía con la historia del Buen Samaritano, pintada en ese cuadro, que a diferencia del sacerdote y el levita -figuras de la misma escena-, socorrieron al mendigo que yacía en el suelo, sucio de sangre. Ahora bien, diría el Papa Francisco, “el sacerdote y el levita no sintieron compasión, no querían ensuciarse las manos, para no ensuciarse”. E interrogó a los presentes, como confrontándonos con nuestra conciencia: “¿Quién todavía siente compasión?”. Luego dejó una petición a los jóvenes: "¡Prométanme que se ensuciarán las manos!".
“¡Espero que las palabras del Papa Francisco nos transformen, nos cambien y podamos entender el mensaje que nos deja el Papa!”, dijo emocionado Carlos Carreiras, alcalde de Cascais, al final de la visita del Papa.
Scholas Occurrentes es un movimiento creado en 2001 por el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco. Tiene el significado ecuménico de integrar a estudiantes de escuelas públicas y privadas de todas las religiones. Está presente en 190 países, tiene sedes en el Vaticano, Argentina, España, Paraguay, Mozambique, Colombia, Haití, México, Rumanía y su sede en Portugal está en Cascais.
Esta organización de Derecho Pontificio, es decir con personalidad jurídica privada dentro del Orden Canónico, reúne a estudiantes de todo el mundo en torno a un programa con expresión en el arte, el deporte y la tecnología, y tiene como lema la cultura del encuentro para la paz a través de la educación, reuniendo a más de 400.000 escuelas y redes docentes.
HC
